Ya cuando salí de casa el domingo por la mañana, camino de la Parroquia, el ambiente se notaba distinto al de otros años, el aire estaba impregnado de un murmullo especial que crecía a medida que me acercaba a la plaza y, al desembocar en ella desde la calle O´donnell pude comprobar que esta tenía más visitante que otros días de Romería de llevada.
La mañana se presentaba apacible y tranquila, se agradecía la suave brisa que golpeaba la cara y hacía moverse, aunque muy lentamente, las hojas de los árboles. Alegría en las caras de los romeros que esperaban la salida de la imagen de Ntra. Patrona y alegría en las de los que estaban dentro de la iglesia; algunos no habían vivido este momento desde hace muchos años, unos 7 otros 8 o incluso cerca de 30; aunque también los hay que esta será su primera Romería de llevada.
El camino transcurrió con total normalidad y, a Ntra. Madre no le han faltado los hombros que la llevaron en volandas hacia su ermita; en ese cerro que tanto amamos los belalcazareños de nacimiento y los de adopción.
He de confesar que, la semana anterior al domingo 2 de octubre ha sido dura, la incertidumbre de no saber la respuesta del pueblo de Belalcázar me ha tenido el corazón en un puño pero, todos estos nervios se han disipado y una gran alegría lo ha invadido cuando he visto que la imagen de Ntra. Sra. estaba rodeada por todos esos hijos suyos, los que hemos tenido la suerte de ir todos los años y los que no lo hacían desde hace un tiempo, el campo estaba radiante y la alegría de los romeros se derramaba por sus bocas en formas de cantos, cantos de alabanza y de peticiones a la Patrona de Belalcázar.
La Hermandad entera está de enhorabuena, puesto que ha sido la que ha hecho posible el cambio del día de Romería, no ha sido un logro del Hermano Mayor ni de la Junta Directiva, a estos sólo se les puede culpar de haberlo propuesto a la Asamblea General para su aprobación; aunque si es verdad que una vez hecha la propuesta hubo que defenderla.
Este día, aunque también lleno de hermandad entre los ocupantes momentáneos del cerro, se vive más en familia, los lazos entre padres e hijos se estrechan ante una bebida fresca y un trozo de tortilla preparada el día de antes con el amor que sólo una madre y esposa sabe hacer.
Que María, como Madre de todos, nos haga siempre vivir en familia y nos impulse a alimentarnos con la comida de la Eucaristía; preparación del encuentro con el Padre.
Felicidades al pueblo de Belalcázar por hacer posible este día.
¡Viva Ntra. Patrona!
Francisco Blanco Serena
Hermano Mayor
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