lunes, 10 de octubre de 2011

Crónica de la Novena 2011

El día 23 de septiembre, viernes, empezaba la novena en honor de Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla y, eran los mayores, las personas que nos han enseñado a amar a María de una forma especial, los que se presentaban ante ella para ponerle a sus plantas todas la peticiones y agradecimientos que guardan sus corazones. Momentos emotivos de la celebración son cuando se acercan al altar para participar activamente de la Eucaristía venciendo todos sus temores y hablándole cara a cara a nuestra Patrona.
El sábado 24 son la Hermandades y Cofradías de Belalcázar, todas unidas, las que llegan hasta la mesa de la Eucaristía para presentar sus respetos a la imagen titular de la Hermandad anfitriona y Patrona de esta localidad. El Coro Romero Ntra. Sra. de Gracia es el encargado, con sus voces y su música, de hacer llegar hasta el cielo nuestras plegarias a la Virgen de una forma alegre. Coro que desde sus comienzos está ligado a la Hermandad Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla, llevando la imagen de la Virgen y su amor a la misma por todos los lugares donde derraman sus cantos.
El domingo 25 la Parroquia se viste de gala para recibir la visita de Monseñor Javier Travieso, natural de D. Benito (Badajoz) y actualmente obispo de Trujillo (Perú). D. Javier viene a presentarnos el proyecto de un policlínico que se está construyendo en Perú y a solicitar nuestra ayuda. La Parroquia colabora entregando la colecta de este día y la Hermandad dona lo obtenido en la mesa petitoria. Los encargados de presentar sus inquietudes y deseos a la Virgen son los jóvenes de nuestro pueblo, ayudados por las voces del Coro Parroquial; voces que con su solera nos acercan más al conocimiento de Ntra. Madre.
El lunes 26 el grupo de Cáritas Parroquial pide por las necesidades de los más necesitados de nuestro pueblo y nos solicitan nuestra ayuda para colaborar con ello. La Hermandad entrega a este colectivo la recaudación de la mesa de las limosnas.
El martes 27 presentan a Jesús, a través de Ntra. Madre María, sus peticiones las familias de Belalcázar; en nombre de todas las familias cristianas del mundo y oran y piden por la sobrevivencia de la familia cristiana y el amor a la vida, fruto de esa unidad familiar.
El miércoles 28, de nuevo el Coro Romero, ayuda a los protagonistas de la Eucaristía a pedir y a alabar a María. Son los componentes del grupo de Catequistas de la Parroquia los que pedirán fuerza para cumplir la misión de evangelizar que el Padre Dios les ha encomendado.
El jueves 29 se presenta a la Eucaristía un colectivo que dedica parte de su tiempo al servicio de los demás de una forma un tanto especial, son los grupos de mujeres que se han encomendado la misión de mantener limpio el templo, lugar de oración y culto de los cristianos.
El viernes 30 la iglesia se llena de alegría para recibir a los más pequeños, son los más inocentes, aquellos de los que Jesús dijo “dejad que los niños se acerquen a mi”. Son los que a los mayores nos quitan las penas con su juegos y nos hacen sentir como si volviéramos otra vez a esos días en los que nuestra única preocupación era jugar en la calle con nuestro amigos. El coro de Violeta, será el que, con sus voces angelicales, nos llegue al corazón y eleve hasta el Padre todo lo bueno que este tiene dentro.  
El último día, el sábado 1 de octubre, es la Hermandad de Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla la que presenta ante su amantísima titular, Ntra. Madre María, sus peticiones, sus agradecimientos y sus proyectos tanto presentes como futuros y piden al Señor que los enseñe a vivir en unidad y que con sus vidas sean capaces de proclamar en Evangelio de Jesús. Y todos estos ruego y peticiones estarán acompañados por los ritmos de pasacalles que la Tuna de Belalcázar le pone a la celebración.
Si hacemos un recorrido, por todos los días, nos damos cuenta que todo Belalcázar, de una forma o de otra, se ha presentado ante su Madre María, ante la Patrona de este pueblo que se considera mariano por excelencia y que tiene en Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla la escalera necesaria para alcanzar la vida prometida por el Padre Dios.

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