¡¡Buenos días!!
- Sr.
Párroco Consiliario D. Manuel Muñoz.
- Sra.
Hermana Mayor Dña. María Rodríguez y Junta de Directiva de la HERMANDAD
DE NUESTRA SEÑORA DE GRACIA DE
ALCANTARILLA - Representaciones de otras
Hermandades y Cofradías.
- Autoridades.
- Hermanos/as,
romeros/as, vecinos/as ….
Lo primero que queremos hacer, de
parte de nuestra familia, es agradecerles este momento. Hoy, domingo 6 de
marzo, venimos a presentar el cartel en Honor a la romería de Ntra. Sra. De
Gracia de Alcantarilla del próximo mes de abril y nos mostramos ante ustedes
llenos de emoción y alegría por habernos dado la oportunidad de poder realizar
esta presentación, y que al mismo tiempo sirva de reconocimiento a nuestro
padre, por sus 25 años de dedicación a Nuestra Señora de Gracia. Estamos
seguros de que a él le hubiera hecho muy feliz presentar un cartel de la
Romería de la Virgen, su dedicación a la Hermandad y a María fue fruto del gran
amor que profesaba por Ella. Nadie mejor que él para que nos hubiera narrado
los motivos de permanecer tantos años al frente de la Hermandad.
Las vivencias que tenemos
nosotros ahora, al lado de nuestra Madre, María, son por la trasmisión y
adquisición de unos valores que, como padre, cristiano y fiel a Jesucristo, nos
ha inculcado durante toda su vida.
Antes de introducir el cartel
queremos hablaros un poco sobre nuestro padre, y, quién mejor que unos hijos
para hacerlo, ¿no les parece?
Si, de manera personal, me
preguntaran qué es lo que recuerdo de antes de iniciar su andadura como Hermano
Mayor, les respondería rápidamente que, cuando tenía apenas 6 años, en una
romería, le dí mala noche a mi madre: era aún muy niña e imagino que incómoda
por no pasarla en mi cama, poder ir baño, no hacía más que llorar. Mi madre
dijo muy enfadada, que ése sería el último año que iríamos a la Virgen hasta
que no fuéramos mayores…... Eran otros tiempos, no teníamos tantas comodidades
como ahora (caravanas, coches……) ni tantos aseos, recuerdo dormir en el camión
de reparto de las bebidas de mi Tío Joaquín.
Al año siguiente, no sé muy bien
cómo, nuestro padre asumió ser el Hermano Mayor de la Hermandad, con todo el
esfuerzo, dedicación y adversidades que esto le conllevaría. Su trayectoria como
Hermano Mayor ha quedado reflejada en 25 años de intenso trabajo, a cambio de
renunciar a su tiempo de ocio y de estar con su familia para convertirlo en una
jornada de 7 días a la semana. En el día a día, trabajaba en su negocio y los
fines de semana los dedicaba a los quehaceres que le exigía su cargo.
A todo esto, siempre preguntaba a
mi madre, con ironía “casi durante todos los años”: Mami, ¿no decías que ese
era nuestro último año de venir a la Virgen?.....
Cuando pensamos sobre el hilo
conductor de este mensaje/presentación, le comentamos a la actual Hermana Mayor
que nos iba a resultar muy difícil ordenar tantos años y tantas experiencias
vividas con él junto a nuestra “Chiquinina”. Había tantas anécdotas, tantas
personas que estuvieron a su lado y que lo ayudaron, que no me gustaría empezar
a nombrar a uno u otro y, que alguien se quedara en el olvido.
Fue un tiempo vivido con mucha
ilusión, con mucho amor al lado de la Madre y con muchas personas dispuestas a
ayudarlo. Eran tiempos difíciles, de transición, había que asumir muchos
cambios para llevar Nuestra Romería a lo que se ha convertido hoy día. En esa
trayectoria, también hubo quien intentó ponerle la zancadilla o ir a la contra,
pero lo que más le caracterizó durante todo ese tiempo es que jamás manifestó
malestar por ello. Al contrario, siempre defendió a quien no compartió sus
mismas ideas para conseguir que nuestra Romería prosperara y llegara a ser un
lugar de encuentro referente en toda la provincia. Él aceptaba la aportación de
todos.
Para la mayoría de las personas,
la Romería consiste en realizar los preparativos previos, ir a la Ermita, participar
en los cultos, comer, beber, hablar con los amigos, estar en las cantinas, en
el baile y esperar al día siguiente para hacer el camino de vuelta con Nuestra
Madre o, simplemente, volverse al pueblo a esperar su entrada. Pero, para
nuestra familia, la Romería tenía un calendario apretado y una serie de
jornadas que se desarrollaban desde muchos días antes, meses incluso; en
nuestra casa pasaban los Reyes y ya se empezaba a organizar la Romería:
ayudábamos a rellenar las papeletas de las reuniones de la Junta Directiva, las
cuotas de los hermanos y ya, llegado marzo no se paraba, todos los domingos al
cerro, asistíamos atónitos a la subasta, para nosotros era algo divertido, pero
para ellos hacerlo bien era muy importante porque con ello se lograba cubrir
los gastos que se generaban durante todo el año; igualmente lo era la ofrenda
de flores, ese momento tan bonito y que con tanta ilusión viven muchos de los
hermanos que vienen de lejos, una ermita tan chiquita se llenaba ese día de
alegría, de color y olor, de tantas flores como se recibían; se decidía si la Misa en la Ermita se
celebraba dentro o fuera; el Rosario, con la complejidad de las antorchas; el
paso del río que implicaba, por un lado preparar las cintas de colores que
llevaban las andas, y por otro, llevar las andas grandes, en el tractor, para
que más romeros disfrutaran de ese momento y sobre todo, mediar para que todos
tuvieran una cinta y un sitio al lado de la Virgen en ese momento, que era y
sigue siendo conflictivo y difícil; la preparación de la entrada de Ntra.
Patrona al pueblo: banda, flores, fuegos artificiales, todo debía estar
perfectamente planeado y organizado.
No fue tarea fácil en esos años y la Junta
Directiva actual puede dar fe de eso.
De nuevo, me gustaría volver a la infancia para compartir
con ustedes un recuerdo que me evoca cada vez que vengo aquí y me voy a
permitir nombrar ahora a muchas personas que vivieron conmigo ese momento.
Recuerdo cuando se plantaron estos árboles que están alrededor de todo el
cerro. Los plantaron entre mi padre, Pepe el
Gordito, y algunos hombres más, y
nosotros, los niños, los regábamos, todos los domingos, a cubos. Cada niño un
cubo o 1 cubo entre 2 niños. Todos ayudábamos, mis hermanos, mis primos, Chari,
Chema, Mari Carmen y Consoli, nuestros amigos también Alcantarilla, Raquel,…. A
nosotros, nos solían encomendar las tareas más fáciles, barríamos la iglesia,
limpiábamos los bancos, los portales……. Al finalizar, podíamos bajar al río
para ir a coger espárragos, cardillos, hongos, ranas, buscar nidos…… pero,
siempre, lo primero era ayudar. Fue una infancia maravillosa. Bueno, aquellos
años eran maravillosos. Cuando no faltaba nadie.
Me reitero en que, es difícil
poner en pie tantos recuerdos y seleccionar los que más nos llegaron al
corazón. Todos son importantes para nosotros porque forman parte de nuestra
vivencia al lado de Nuestra Madre. Lo que sí nos gustaría resaltar que son los valores con los que nuestro padre
nos enseñó a vivir al lado de La Virgen. Siempre nos transmitió humildad,
compromiso, templanza, esfuerzo, devoción, recogimiento, honestidad, dar
ejemplo con nuestra forma de ser y actuar, compartir con nuestros hermanos. Esa
vida sin orgullo, sin soberbia, sin necesidad de comparaciones entre nosotros.
Las comparaciones era algo que no le gustaba.
Todo esto que les describo, para
que se hagan una idea, queda reflejado, en este escrito que, casualmente, hemos
encontrado ordenando algunos documentos después de fallecer. Comparto con
ustedes sus sentimientos y cómo él abordaba los desencuentros a los que,
lamentablemente, en algunas ocasiones, tuvo que enfrentarse.
(“LEER DOCUMENTO
ESCRITO PAPÁ”)
En los últimos años que ya no pudo venir a la Ermita
siempre la tenía presente, nos peguntaba en que mes del año estábamos y cuando
le decíamos el mes de Abril le cambiaba la expresión de la cara y nos decía que
no se nos olvidara nada, “habéis comprado la lona nueva, no se os olvide el
hielo, llevar comida y bebida de sobra”.
Siempre le gustó compartir con todo el
mundo.
Un cartel es básicamente un medio
de comunicación, un mensaje evocador, atractivo, que nos entra por los ojos. Un
soporte de gran dimensión para ser fijado en las paredes o cristaleras y que
permite su contemplación y lectura por una o varias personas a la vez.
Ahora sí, se va a proceder a
presentar el cartel de nuestra romería. Si lo apreciamos con detalle, observen
la imagen y el rostro de la Virgen. Se presenta en un primer plano a Nuestra
Madre, con su SENCILLEZ y a la vez llena de ESPLENDOR, custodiando junto al
Niño, su Ermita.
Esta Ermita y este lugar por los
que nuestro padre, con tanta ilusión y tanto esfuerzo llenó de proyectos y
mejoras para que fuera un enclave aún más especial, si cabe, para todos.
La sencillez del diseño, de este
año, determina su asimilación en un lenguaje llano, especialmente, manifiesta
protección, amparo, acogimiento. Su imagen ubicada entre lo terrenal y lo
divino nos muestra que es Ella la que intercede por nosotros ante el Señor,
Ella es el camino hacia Jesús.
Además, aparece nuestra Madre
acompañada de nubes. Nubes que anuncian agua por su color. El agua que cada año
le rogamos todos los romeros al grito de ¡Agua María Santísima!! Sobre todo, en
estos momentos que tanta falta nos hace.
Solemos mantener colgados estos
carteles durante mucho tiempo, en nuestras casas o en nuestros locales. El
tiempo hará caducar el mensaje por el que el cartel fue creado, que fue el de
informar de nuestra Romería. Sin embargo, aunque se pierda la validez de esta
información, seguirán expuestos en nuestros hogares por la fuerza icónica de la
imagen de Ntra. Sra. Éste, será uno de ellos, por la poderosa imagen de María y
por lo que representa, para los cientos de devotos/as, que cada año, en la
misma fecha, celebramos y expresamos de una forma u otra nuestro fervor hacia
la Chiquinina.
Siempre es un momento dulce descubrir el nuevo cartel con
Nuestra Patrona, nos hace sentir una gran alegría, ya que significa que pronto
nos pondremos en camino junto a
Ella.
Por último, y para ir
finalizando, añadir que la frase que acompaña el cartel fue un regalo de San
Juan Bosco a la Reina del Cielo y dice así:
“Quien confía en María
no se sentirá defraudado”
Quizás, este mensaje es clave
para entender las razones que motivaron a nuestro padre estar al servicio de la
Chiquinina por tantos años.
“Una madre buena nunca defrauda a
sus hijos. No los abandona, no los maltrata, no los guía por malos caminos…
María, que es la mejor de las madres, nunca nos abandonará. Acudir a ella en
todo momento, en las tristezas y en las alegrías, es asegurarnos su protección.
Yendo de su mano, podemos estar seguros de que los peligros que nos encontremos
serán apartados para así poder caminar en paz.” Gracias a todos por
acompañarnos en este momento.
¡¡VIVA NUESTRA PATRONA!!
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