TOMA DE POSESIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA
DE LA HERMANDAD NTRA. SRA. DE GRACIA DE ALCANTARILLA
(Belalcázar, 3 de marzo de 2013)
De nuevo, nuestra Madre María, ha
elegido a un grupo de personas sencillas para transmitir y hacer partícipe a
nuestro pueblo de su grandeza, de la suya y de la de su Hijo, que, en
definitiva es la luz que debe guiar nuestros pasos. María, es la Madre buena
que muestra a sus hijos el camino correcto, el camino que, aunque sea difícil
de recorrer cuando lleguemos a su término nos hará grandes, nos hará grandes y
partícipes de la presencia del Padre Celestial.
Haciendo uso del Evangelio de hoy,
nuestra Hermandad se puede comparar con la higuera que en él aparece. En el
tronco, estaría Ntra. Sra. de Gracia de Alcantarilla repartiendo vida a las
ramas que somos nosotros, los miembros de esta Junta Directiva, ramas que, dan
vida y a su vez, se nutren de las hojas que son todos los cristianos, y en
especial todos aquellos que ponen en María su ideal de vida y de seguimiento de
Jesús.
Todas las ramas son importantes,
todas tienen una misión que cumplir, María reparte la savia entre todas y, las
fortalecerá ante momentos de duda y de incertidumbre.
Nosotros, los miembros de la Junta
Directiva de la Hermandad, hemos sido elegidos por Nuestra Madre para formar
parte de ella, para transmitir con nuestro trabajo y nuestras vivencias el Amor
que la Virgen nos tiene a nosotros y, nosotros a Ella.
El portar la medalla dorada, que hoy
se nos va a entregar, es un privilegio, es sentirse privilegiado por estar
cerca de la Imagen de la Virgen, por haber sido elegido por ella para cuidarla
y mimarla, pero también la medalla lleva la responsabilidad de vivir como
auténticos cristianos, de hacer del Evangelio de Jesús una forma de vida, una
forma de vida basada en María; que siempre está al lado de los que la
necesitan.
Transmitir el mensaje de Jesús no es
fácil, y mucho menos hacerlo con el ejemplo de nuestra vida, tendremos que
renunciar a veces a cosas que nos gusten, a cosas que, aunque consideremos
importantes, no son más que adornos de nuestra forma de vivir, y, habrá que
dedicar parte de nuestro valioso tiempo a María, y a través de Ella a Jesús;
nuestro Maestro y Salvador.
En esta celebración, vamos a pedir a
Nuestra Madre María que nos de fuerzas a todos para cumplir con nuestros
objetivos, que la imagen y la oración a la Virgen estén siempre presentes en
nuestro corazones.
¡Viva la Chiquinina!
Hermano Mayor
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