Acabamos de poner ante
nuestra Madre María todas nuestras alegrías y nuestras tristezas, nuestras
vivencias diarias, nuestras peticiones y nuestros agradecimientos; los nuestros
y los de nuestros seres queridos y amigos
que hoy no pueden acompañarnos por diversos motivos. Cada ramo, cada flor es
una sonrisa o una lágrima presentada al Padre Celestial por medio de nuestra
Madre. Hace cuatro romerías los componentes de una nueva Directiva se ponía a
los pies de la Virgen,
presentaban sus manos vacías y sus corazones llenos de ilusiones. Hoy, después
de este tiempo, los corazones siguen llenos de ilusiones pero las manos ya no
están vacías, las presentamos llenas de trabajos, de logros conseguidos; todos
ellos llevados a cabo con la unión y la Hermandad que debe reinar en nuestras vidas
diarias. Nuestro andar por este mundo no debe estar vacío, nos tenemos que
esforzar por ser semillas que caen en tierra y dan fruto.
El Evangelio de Jesús y su mandamiento del amor deben ser
nuestra guía para que, la
Hermandad que vamos a vivir todos en estos dos días esté
siempre presente en nuestras vidas y la llevemos, cuando crucemos la geografía
española, a nuestros lugares de residencia. Que Ntra. Sra. de Gracia de
Alcantarilla sea siempre nuestro modelo para seguir a Jesús y ahora vayamos
todos a disfrutar de la compañía de nuestros amigos y familiares.
¡Viva Nuestra
Chiquinina!
Francisco Blanco Serena
Hermano Mayor